Cada persona que me topaba preguntaba lo mismo…¿Será parto natural
o cesárea? Y yo, con la convicción de alguien que pareciera haber ido al futuro
y regresado contestaba: Natural! No había ninguna razón en este mundo por la
que tendría una cesárea, yo había leído, preguntado, practicado, mentalizado,
ejercitado, vaya PLANEADO! Y por si esto no era suficiente CONSULTADO con mi
doctor en cuyo consultorio colgaban diez certificados como “especialista en
parto humanizado”. Mi embarazo fue como decía él “By the book”: ni una nausea,
ni un vómito, ni un desmayo,niño en posición, peso perfecto. Trabajaba como mesera en un restaurante con todo
tipo de olores por más de 8 horas diarias, nadaba y me alimentaba bien porque
básicamente le tenía terror al simple pensamiento de una cesárea, a mi nunca me
habían operado, vaya nunca ni siquiera me había roto algo, yo lloraba con las
inyecciones para que entiendan la idea.
Y seguía con mi historia de hadas: que caminaría en mi labor
de parto, que no utilizaría epidural, que yo por mi lo tendría en mi casa,
colgada de un árbol o en agua si tuviera el dinero suficiente, que quería luces
tenues, mi música preferida, ningún monitoreo que me atara a una cama y de ser
posible el gas quita dolor mágico de los cien capítulos que vi en BBC de “Un
bebe por minuto.” , nada de episiotomías, una labor de parto corta, pegarlo a mi
pecho en cuanto naciera, que mi esposo cortara el cordón umbilical y salir al
día siguiente los tres caminando como si nada.
AHA!!! Después entendería que eso que era mi “plan de parto” se lo
pasarían todos por el arco del triunfo empezando por mi bebé que simplemente no
daba señales de querer nacer, nada de contracciones regulares, ni de sangrado,
mucho menos rompimiento de fuente y en mi última consulta el doctor dijo que si
León no decidía nacer por la noche, me internarían e inducirían el parto al
día siguiente pues ya no había mucho líquido amniótico y podía ser riesgoso
para el bebé.
Esa noche lo hice todo: sentadillas, limpieza, caminata,
comida picante, un intento de sexo
de lo más incómodo, le hablé, le rogué, le aullé a la luna y nada funcionó, al
día siguiente estaba ingresando al hospital para la temida inducción.
Cuentale a Dios tus planes…
Inmediatamente llegué al hospital me conectaron a la oxitocina para
inducir el parto y esperé por horas mientras veía CSI, por qué no se, pero todo
el embarazo me entretuve con horas interminables de casos forenses y no había
razón para no hacerlo hasta el final ya que lógicamente no programé más que un
par de horas de música y seguía sin contracciones o rompimiento de fuente, sin
nada, hasta que cinco horas después, llego el momento que más temía: el rompimiento manual ( claro
porque no sabía que comparado con lo que venía eso sería un paseo en el parque. Llegó el doctor y así casual platicado se su día lo hizo y de repente todo se empezó a ir al
diablo: yo conectada aún me vi en un charco de agua y sangre debajo mío…en la
cama manchado todo y pues perdiendo ahora si todo pudor con mi esposo que
estuvo a mi lado todo el tiempo. El pudor o cualquier otro sentido de
consciencia normal me dejo de importar al instante que empezaron las
contracciones con una intensidad que no había sentido nunca al ritmo que no había
existido antes.
Ahora si podía sentir que venía lo bueno, ahora si quería
que me trajeran mi gas de la risa, mi árbol para colgarme, mi EPIDURAAAAAL!!
mientras rogaba poder levantarme y caminar un poco, hacía las respiraciones que
había estudiado, intentaba ser fuerte como las hippies de mis programas que se
mecían en una bola de Pilates y gemían controladamente, escuchaba mis audios de
meditación mientras le encajaba las uñas a mi esposo, rezaba, agradecía tener
un compañero tan comprometido, tan comprensivo, me mecía de la base del suero como
teibolera… durante todo ese show yo había alcanzado una dilatación de 7
centímetros.
Entonces llegó el “doctor parto humanizado” y le hice la pregunta que nunca debí… le dije: “Doctor usted me recomienda la epidural o
mejor me aguanto”… DR: “No pues te recomiendo la epidural porque ya te veo
cansada y pues para que tengas fuerzas cuando necesites pujar.” YO LO VI
SUUUUPER LÓGICO! Y la solicité al segundo.
Después de todo un procedimiento, nada doloroso más bien
incómodo me la pusieron y sentí MUCHOOO alivio que duró unos veinte minutos, de
verdad… veinte minutos! y pensaba "me la pusieron mal" y no, pues que eso duraba
que si quería que me volvieran a echar la dosis y yo pensé no chinguen mejor
traigan al doctor y ya que me ayude a que salga. Vino el doctor y me hizo el
tacto: “Pues ya tienes 9 centímetros de dilatación pero has estado pujando sin
darte cuenta (DUH!!! OBVIAMENTE!! Adivine qué? Me acaba de BLOQUEAR desde la
ráquea )…y veo la cabeza del bebe pero como no puede pasar está tomando una
forma cónica”, una de las peores
noticias de mi vida seguida por otra…vamos a intentar sacarlo pujando pero si
no lo logramos habrá que practicar una cesárea porque es peligroso para el
bebe.
Y levanté las piernas y ahí solos en el mismo cuarto mi
doctor especialista en parto humanizado, yo y mi esposo rezando y mirando de
reojo aterrado en el cuarto con luces frías pujé con todas mis fuerzas, le
rogaba a Dios, al Universo, pensaba que lo lograría no tendría porque no!
CARAJO yo podía! Y nada sucedía le dije al doctor que me pondría en cuatro
patas y me dijo que no que eso no tenía nada que ver (pero si yo lo había
leído! Era la mejor posición y la que estábamos haciendo la menos natural pero
como discernir con tu doctor justo en ese momento aterrada y dispuesta a
aventarte del piso más alto si el dice que el bebé estará bien así) hasta pena
me dio insistir más en cambiar de posición después que al segundo intento
tampoco lo lográramos.
El tercer intento fue igual de inútil y mientras lloraba y
sentíamos que el mundo se nos venía encima, me confirmó que me prepararían para
una cesárea y yo solo rogaba casi gritando y llorando porque lo hicieran rápido
pues mi cuerpo no me dejaba dejar de pujar y yo sabía que debía impedirlo para
que la cabeza de mi bebe no se deformara más porque de esto si no había leído y
no tenía idea de qué tan peligroso era pero suponía que mucho para que el
doctor especializado en parto humanizado hubiera tomado una decisión así.
Isn´t he lovely?
Me prepararon por fin, silla de ruedas, vendas en las
piernas y un quirófano en el que alguien había oprimido el botón incorrecto así
que durante toda la operación escucharíamos un biiiiiiiip en el monitor como el que suena
cuando alguien muere, les dije por favor quiten ese ruido me pone
muy nerviosa y me respondieron que no sabían cómo y así fue mientras mi esposo
se preparó para acompañarme y le pidió al pediatra que grabará todo del otro
lado de la división pues el no tenía estómago.
Así después de lagrimas, risas, y descanso inducido por la
anestesia maravillosa, de esa
división azul de tela quirúrgica salió un hermoso bebito pequeñito que tomo mi
dedo con su mano y era simplemente perfecto. Ese fue el momento mas maravilloso
de nuestras vidas, en cámara lenta como en las películas, les pedí que no me durmieran hasta que
pudiera darle un poco de pechzzzzzzzzzz … AHA! Caí como res y desperté ya unas
horas después con mi León limpio y yo lista para darle pecho inexpertamente, vi
a todos y los vi felices y no me importó nada con tal de ver sano a ese
pedacito de universo nuestro.
Después vinieron los antibióticos vía intravenosa, el
doloroso quitadolor,
los dolores espantosos para moverme, para levantarme de la cama, para
intentar dar unos pasos, para ir al baño, las vendadas, la herida, la faja, el
estreñimiento, la bendita y maldita cesárea. Me quejé poco por las molestias y
entre más me movía mejor me sentía, y me recuperé relativamente rápido aunque
no tan rápido que si hubiese sido natural.
Pero todo se me olvidaba cuando sentía a Leon, cuando lo
bañábamos y le ponía la ropita que con tanto cariño preparé, cuando lo veíamos
dormir en esa cunita que vimos por tanto tiempo vacía, cuando sentía que me
necesitaba y al saber que debía sentirme bien para el. Si fue lo que debía ser,
no se, si pudo ser diferente, no se pero se que fue lo que fue y que me sentía
orgullosa de haberlo logrado, fueron casi 14 horas de labor de parto, la pujada
y después la cesarea así que casi puedo decir que vivi un casi parto natural y
una cesárea en una noche y que mi esposo dice que ahora me ve con ojos
completamente diferentes.
Cuál es su historia mamis?, y las que lo serán, ya tienen su plan de parto?
En el siguiente post: ¿Cómo elaborar un Plan de parto?
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